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Gargantas del Todra

Gargantas del Todra

Gargantas del Todra

Consejos para visitar las gargantas del Todra en Marruecos

El Valle de las Rosas, la Garganta del Dadés y las Gargantas del Todra son tres magníficos valles que deja la Ruta de las Mil Kasbahs que recorre la N10. Hemos visitado los dos primeros en la etapa anterior de nuestro road trip por Marruecos, dejando para el final el tercer destino y el más conocido. Te contamos nuestro viaje a la Garganta del Todra (Todgha).

Ir a la Gargantas del Todra

Dejamos atrás la magnífica Serpiente de Dadés y nos dirigimos hacia Tinerhir, donde se encuentra la carretera que conduce a la Garganta del Todra, ese magnífico cañón formado por el río Todra en las montañas del Alto Atlas. Sin embargo, la impactante visión de la enorme grieta rompiendo la pared rocosa tendrá que esperar. Las vistas de una opulenta palmera y, al fondo, una mezcla de casas de adobe del mismo color que las montañas que descienden hasta su cima es lo que nos espera antes de desviarnos por la carretera secundaria (Ksar Affsalou).

Encontrarás varios miradores en la misma carretera, cada uno con espacio suficiente para que aparques sin dificultad y saques todas las fotos que quieras. Este tramo de la ruta es mucho más transitado al principio, con dos cruces antes de la subida y otro en una intersección con la subida propiamente dicha.

Este valle tiene la ventaja sobre otros de que el trayecto hasta él es de sólo 15 km. Por ello, muchos operadores turísticos lo incluyen como una de sus paradas en los viajes que parten de Marrakech hacia el desierto de Merzouga. Para llegar al comienzo de la gargantúa en coche, se tarda un pis-pas.

El río Todrá desemboca en este profundo cañón con sus aguas cristalinas, dejando una impresionante grieta que alcanza una profundidad de hasta 400 metros en ciertos lugares. El agua es tan pura que no sólo verás turistas y los típicos puntos de pauelo por aquí; también verás a los lugareños acercarse con sus botellas para llenarlas y poder usarlas.

Visitar la Garganta del Todra

El viaje a la Garganta del Todra es sencillo: hacia el final del poblado de Tizgui (a unos 15 kilómetros del punto de partida), comienza un sinuoso desvío, y allí encontrará la primera zona para aparcar el automóvil. A pesar de creer que es imposible pasar, lo cierto es que la carretera atraviesa este tramo de la gigantesca muralla y los coches y camiones avanzan y retroceden sin incidentes. La carretera se convierte en pista en el lado opuesto de estas montañas y continúa hacia delante, siguiendo el río, hasta llegar a los siguientes asentamientos.

En nuestra visita vespertina, aparcamos en la primera plaza (nadie nos pidió dinero), caminamos una corta distancia hacia el enorme interior y luego flipamos con las enormes paredes que nos rodeaban y se extendían casi infinitamente hacia el cielo. Hicimos algunas fotos, metimos los pies en agua fría y volvimos.

Caminando por la Garganta del Todra

Para los que dispongan de más tiempo (y piernas), existe una alternativa que consiste en una caminata de 10 kilómetros que comienza en la base de la garganta y asciende por la ladera hasta su extremo derecho, pasando por caminos utilizados para la recolección anual de los bereberes locales.

En nuestro primer viaje a Marruecos, teníamos toda la intención de llevarlo a cabo. Encendimos el despertador a las 7:30 de la mañana con la intención de salir a caminar.

Tras pasar el Hotel Yasmina, el sendero comienza en unas escaleras a la izquierda. Suba por varios senderos bastante bien señalizados, más o menos adornados y a veces demasiado pedregosos, hasta llegar al punto más alto de la cordillera (1 hora aproximadamente). Allí hay una pequeña población de nómadas que vive en cuevas y, por lo demás, es bastante básica.

Tras pasar el Hotel Yasmina, el sendero comienza en unas escaleras a la izquierda. Suba por varios senderos bastante bien señalizados, más o menos adornados y a veces demasiado pedregosos, hasta llegar al punto más alto de la cordillera (1 hora aproximadamente). Allí hay una pequeña población de nómadas que vive en cuevas y, por lo demás, es bastante básica.

Como puedes ver, una parada en la Garganta del Todra es una de las actividades imprescindibles al viajar por Marruecos. Y es un lugar estupendo al que subir mientras recorres la Ruta de las Mil Kasbahs; no te lo pierdas.

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